Domingos del tiempo ordinario
Versículos para el Aleluya
(Estos textos pueden usarse en lugar de los
que se hallan cada domingo antes del evangelio.)
1. Habla, Señor, que tu
siervo te escucha;
tú tienes palabras de vida
eterna.
(1 S 3, 9; Jn 6, 68c )
2. Tus palabras, Señor,
alegran el corazón, tu enseñanza da luz a los ojos. (Cf. Sal 18, 9 )
3. Dios mío, instrúyeme en
tus sendas, haz que camine con lealtad. (Sal 24, 4b. 5a )
4. Señor, enséñame tu
camino, guíame por la senda llana.(Sal 26, 11)
5. No endurezcáis hoy
vuestro corazón; escuchad la voz del Señor. (Cf. Sal 94, 8ab)
6. Todos tus preceptos,
Señor, merecen confianza, son estables para siempre jamás. (Sal 110, 7b-8ª)
7. Ábreme los ojos, Señor,
y contemplaré las maravillas de tu voluntad. (Sal 118,18)
8. Instrúyeme en el camino
de tus decretos, y meditaré tus maravillas. (Sal 118, 27)
9. Enséñame a cumplir tu
voluntad, Señor, y a guardarla de todo corazón. (Sal 118, 34)
10. Inclina mi corazón a
tus preceptos, Señor, y dame la gracia de tu voluntad. (Sal 118, 36a. 29b)
11. Por tu bondad dame
vida, para que observe los preceptos de tu boca. (Sal 118, 88)
12. Lámpara es tu palabra
para mis pasos, luz en mi sendero. (Sal 118, 105)
13. Haz brillar tu rostro
sobre tu siervo, enséñame tus leyes. (Sal 118,135)
14. Espero en el Señor,
espero en su palabra.
(Cf. Sal 129, 5)
15. El Señor es fiel a sus
palabras, bondadoso en todas sus acciones. (Sal 144, 13cd)
16. Glorifica al Señor,
Jerusalén; él envía su mensaje a la tierra. (Sal 147, 12a. 15ª)
17. No sólo de pan vive el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mt 4, 4b)
18. Bendito seas, Padre,
Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del reino a la gente
sencilla. (Cf. Mt 11, 25)
19. Dichosos los que con un
corazón noble y generoso guardan la palabra de Dios y dan fruto perseverando. (Cf.
Lc 8, 15)
20. ¡Bendito el que viene
como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto. (Lc 19, 38)
21. La palabra se hizo
carne y acampó entre nosotros. A cuantos la recibieron, les da poder para ser
hijos de Dios. (Jn 1,14a. 12b)
22. Tus palabras, Señor,
son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna. (Cf. Jn 6, 63c. 68c)
23. Yo soy la luz del mundo
—dice el Señor—; el que me sigue tendrá la luz de la vida. (Jn 8,12b)
24. Mis ovejas escuchan mi
voz —dice el Señor—, y yo las conozco, y ellas me siguen. (Jn 10, 27)
25. Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida
—dice el Señor—; nadie va
al Padre, sino por mí.
(Jn 14, 6)
26. El que me ama guardará
mi palabra —dice el Señor—, y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
(Jn 14, 23)
27. A vosotros os llamo
amigos —dice el Señor—, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer. (Jn 15,15b)
28. Tu palabra, Señor, es
verdad; conságranos en la verdad. (Cf. Jn 17, 17b.a)
29. Ábrenos el corazón,
Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. (Cf. Hch 16, 14b)
30. Dios estaba en Cristo,
reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la
reconciliación. (2 Co 5, 19)
31. El Padre de nuestro
Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos
cuál es la esperanza a la que nos llama.
(Cf. Ef 1, 17-18)
32. Brilláis como lumbreras
del mundo, mostrando una razón para vivir. (Flp 2,15d. 16ª)
33. La palabra de Cristo
habite entre vosotros en toda su riqueza, dando gracias a Dios Padre por medio
de Cristo. (Col 3, 16a. 17c)
34. Acoged la palabra de
Dios, no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios.
(Cf. lTs 2,13)
35. Dios nos llamó por
medio del Evangelio, para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor
Jesucristo.
(Cf. 2 Ts 2, 14)
36. Nuestro Salvador
Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.
(Cf. 2 Tm 1, 10)
37. La palabra de Dios es
viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón. (Hb 4, 12)
38. El Padre, por propia
iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la
primicia de sus criaturas. (St 1, 18)
39. Aceptad dócilmente la
palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. (St 1, 21bc)
40. La palabra del Señor
permanece para siempre; y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos.
(1P 1, 25)
41. Quien guarda la palabra
de Cristo, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud.
(1 Jn 2, 5)
En los últimos domingos:
42. Estad en vela y
preparados, porque a la hora que menos pensáis viene el Hijo del hombre.
(Mt 24, 42a y 44)
43. Levantaos, alzad la
cabeza: se acerca vuestra liberación. (Lc 21, 28)
44. Estad siempre
despiertos, pidiendo fuerza para manteneros en pie ante el Hijo del hombre.
(Lc 21, 36)
45. Sé fiel hasta la muerte
—dice el Señor—, y te daré la corona de la vida. (Ap 2,10c)
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